La cultura de previsión puede definirse como el resultado de las decisiones que toman las personas para anticipar eventos que pueden originar pérdida de bienes, integridad, salud, vigor vital y de su propia existencia.
La práctica de la previsión tiene múltiples aplicaciones dependiendo lo que se pretende evitar o, en su defecto, minimizar o hasta desaparecer. En el plano patrimonial, los bienes y adquisiciones que hace una persona física o moral para ella o para su entorno, deben cuidarse dando mantenimiento, resguardo y buen uso, aunque, a pesar de ello, siempre existirá el riesgo de una pérdida derivada de la acción natural, humana o legal.
Cuando nos enfocamos en el plano personal, la previsión incluye el cuidado de la salud física y emocional que, a pesar de hacerlo, puede sufrir una disminución a partir de la contundente realidad de nuestra naturaleza mortal. Esa es la que, en sentido estricto, todos tenemos garantizada sin importar lo enfermizo o sano que se pueda estar.
En cualquier caso, tomar decisiones que aporten al cuidado y preservación de la integridad, la salud o las cosas que poseemos permiten medir el grado de cultura de previsión que poseen las personas, y a partir de ella, acercar mecanismos que la fortalezcan y refuercen.
El contrato de seguro es un instrumento estrictamente financiero, y cumple con el objetivo primigenio de proteger económicamente a quien lo toma de las pérdidas que pueda sufrir en aquello que decidió asegurar. Ese contrato no impide la ocurrencia del riesgo amparado, pero si minimiza su impacto al proveer capital suficiente para reparar o reponer un bien, atender la salud y la disminución en el vigor vital o sustituir el ingreso que representa una persona para sus dependientes económicos cuando fallece.
Como asesor en seguros, es imprescindible profesar la cultura de previsión contando con todas las coberturas necesarias que la demuestren a quienes visitas. Sin duda, poseerla es una estupenda credencial para sustentar que estás capacitado y autorizado para acercar este mecanismo financiero a todas las personas que visitas para proteger los bienes que poseen y las personas que son.
Ser asesor en seguros es una forma de profesar lo que significa tener cultura de previsión, no sólo destacarse por sus habilidades comerciales.